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Asociaciones de antibióticos

Al hacer combinaciones de antibióticos hay que considerar dos aspectos: la naturaleza del antibiótico y la ley de Jawetz

Después de la prohibición de la adición de antibióticos como promotores del crecimiento ha crecido de manera sustancial el consumo de los mismos como terapéuticos (tal y como ya sucedió en Dinamarca). Cada vez es más frecuente realizar medicaciones de urgencia, ya sea vía pienso o agua.

Además ha aumentado el uso de combinaciones de antibióticos. En estos casos tenemos que tener cuidado y no olvidar las leyes de la farmacopea.

A la hora de hacer combinaciones de dos o más antibióticos hay que considerar dos aspectos: la naturaleza del antibiótico y la ley de Jawetz.

Naturaleza del antibiótico

Estrictamente hablando, un antibiótico es una sustancia secretada por un microorganismo y que tiene la capacidad de afectar a otros microorganismos como bacterias y hongos. De ahí que los antibióticos no sean efectivos en las enfermedades víricas. El término antibiótico en un principio se utilizó para describir solamente las formulaciones antibacterianas derivadas de los organismos vivos, pero en la actualidad está siendo usado también para referirse a los antimicrobianos sintéticos como las quinolonas, sulfamidas…

Los antibióticos no dejan de ser principios activos que pueden tener una naturaleza ácida o básica en su formulación.

En principio, desde un punto de visa teórico dos principios activos tendrán más posibilidad de ser compatibles entre sí cuanto más cercanas sean sus características acido-básicas. Esto nos hace afirmar que las asociaciones de antibióticos funcionarán mejor si mezclamos:

– Bases con bases.

– Ácidos con ácidos.

No obstante en la práctica esta tendencia puede variar. Esto es debido a la gran mejora que se ha obtenido actualmente en la formulación de las formas galénicas. La calidad de las mismas hace que antibióticos de naturalezas diferentes que en principio podrían presentar problemas no los acaben presentando.

A pesar de todo es aconsejable tener en cuenta la naturaleza del antibiótico. En este sentido recordaremos los antibióticos según su naturaleza:

• Ácidos débiles.

– Amoxicilina.

– Ampicilina.

– Quinolonas.

– Flumequine.

– Sulfadimeracina.

– Sulfadimetoxina.

– Sulfadiacina.

– Vitamina C, ácido acetil-salicílico (los añadimos pues, aunque no son antibióticos, se usan a menudo en tratamientos).

• Bases débiles.

– Colistina.

– Eritromicina.

– Neomicina.

– Espiramicina.

– Macrólidos.

– Oxitetraciclina.

– Bromhexina.

– Tiamulina.

Ley de Jawetz

Los antibióticos se pueden clasificar de diferentes maneras, una de las maneras de clasificarlos es su mecanismo de acción. En este sentido podemos hablar de bacteriostáticos y bactericidas.

- Bacteriostáticos: Son aquellos antibióticos que actúan sobre la síntesis proteica (tanto 30s como 50s) a excepción de los aminoglucósidos. Es decir un antibiótico bacteriostático detendrá el crecimiento de la bacteria impidiendo que se pueda multiplicar. Entre los bacteriostáticos encontramos:
– Diaminopirimidinas (trimetoprim).

– Sulfamidas.

– Sulfonas.

– Macrólidos (eritromicina, espiramicina, tilosina).

– Sinergistinas (virginamicina).

– Lincosamidas (lincomicina).

– Pleuromutilinas.

– Tetraciclinas.
- Bactericidas: Son los actúan sobre la pared bacteriana. Su mecanismo se debe a que “destruyen” a la bacteria en cuestión. Entre los bactericidas podemos distinguir a dos grupos, aquellos que actúan sobre los gérmenes en multiplicación (es decir activos) y los que lo hacen sobre los gérmenes en reposo y multiplicación (tanto los activos como los inactivos).
– Bactericidas activos sobre gérmenes en multiplicación:
– Beta lactámicos (penicilina, amoxicilina, ampicilina)
– Bactericidas activos sobre gérmenes en reposo y en multiplicación.
• Polipeptídicos (colistina).

• Aminoglucósidos (dihidroestreptomicina, neomicina, kanamicina, gentamicina).

• Aminociclitol.

• Quinolonas

Teniendo en cuenta esta clasificación Jawetz demostró que cuando se mezclan antibióticos puede producirse:

1. Indiferencia, cuando el efecto resultante es sumatorio de la acción de los dos. Esto se da en la mezcla de los dos tipos de bactericidas (activos sobre gérmenes en multiplicación y activos sobre gérmenes en reposo y multiplicación) y también cuando la mezcla es de bacteriostáticos y bactericidas activos sobre gérmenes en reposo y multiplicación.

2. Efecto aditivo o de sinergia, cuando la mezcla produce un efecto multiplicador (es decir muy superior a la suma de los efectos por separado). Además de darse en los mismos casos que el apartado anterior, se da cuando mezclamos bacteriostáticos entre si.

3. Antagonismo, cuando, tras la mezcla, queda inhibida la acción de los dos antibióticos no obteniendo entonces resultado alguno. Se da al mezclar los bacteriostáticos con bactericidas activos sobre gérmenes en multiplicación.

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